La última ruta que vamos a realizar es la de mayor recorrido de todas, ya que visitaremos muchos más lugares e incluso en un punto estaremos en el límite entre O Concello de Cervantes (Lugo) y Balboa (El Bierzo).
La primera de nuestras paradas es Can de Villar, que aunque se escriba "Villar" comúnmente se dice "Vilar", al igual que ocurre con otros de la Comarca y sobre todo con los más cercanos a Galicia.
Chan de Villar se encuentra en un alto de la montaña coronando y vigilando todo el valle, de ahí que desde aquí podamos disfrutar de unas magníficas e impresionantes vistas. El camino está abarrotado de majestuosos y centenarios castaños típicos de esta zona, cuyo fruto, la castaña, es empleado para diversos productos autóctonos como tartas, bizcochos, magdalenas,cremas, mermelada, castañas en almibar, incluso harina de castañas, todo ello elaborado artesanalmente conservando la técinca tradicional, tal y como lo hacían sus antepasados. La empresa más importante de la zona que se dedican a la elaboración y comercialización de productos elaborados principalmente con castañas es "Castañas Ribada", una empresa familiar que pertenece a la Asociación de Artesanos de Castilla y León y además a la marca de calidad de esta autonomía: "tierra de sabor".
Chan de Villar se encuentra en un alto de la montaña coronando y vigilando todo el valle, de ahí que desde aquí podamos disfrutar de unas magníficas e impresionantes vistas. El camino está abarrotado de majestuosos y centenarios castaños típicos de esta zona, cuyo fruto, la castaña, es empleado para diversos productos autóctonos como tartas, bizcochos, magdalenas,cremas, mermelada, castañas en almibar, incluso harina de castañas, todo ello elaborado artesanalmente conservando la técinca tradicional, tal y como lo hacían sus antepasados. La empresa más importante de la zona que se dedican a la elaboración y comercialización de productos elaborados principalmente con castañas es "Castañas Ribada", una empresa familiar que pertenece a la Asociación de Artesanos de Castilla y León y además a la marca de calidad de esta autonomía: "tierra de sabor".
Continuamos nuestro camino para llegar a Ruydeferros, donde una manada de perros y vacas nos dio la bienvenida a este paraje de pasto. Lo más sorprendente es que no había ninguna casa, solamente una extensa pradera donde los únicos habitantes que había eran las vacas y perros que nos perseguían allá por donde íbamos. Seguramente en su día si que habitaban personas en pallozas de piedra y paja, pero debido al paso del tiempo y a que no se recuperaron nunca,desaparecieron dejando como único testimonio el cartel forzado en hierro y levantado sobre dos montones de grandes piedras.
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